Las
siguientes son características que tipifican al currículo, lo hacen
coherente con los fines y objetivos educativos y pertinente con el
contexto demandado por el sector productivo.
SISTEMÁTICO:
Reúne una serie de procesos o actividades de aprendizaje
(investigación, exposiciones, seminarios, prácticas, pasantías, etc.)
organizadas y programadas secuencialmente, asegurando la congruencia con
todo el sistema educativo.
COHERENTE: Existe correspondencia entre los diferentes elementos curriculares, así
como con la programación de los módulos, la administración de los
recursos y la infraestructura.
FLEXIBLE:
Es susceptible de permitir los ajustes necesarios a cualquier nivel en
la búsqueda de la pertinencia social, a fin de adaptarse a las
necesidades cambiantes del entorno productivo, a las posibilidades del
centro de formación y a los intereses de los alumnos, previa
determinación de la validez interna y externa durante su proceso de
diseño, desarrollo o instrumentación, ejecución y evaluación.
FUNCIONAL:
Se organiza en módulos afines, que habilitan gradual y progresivamente
al estudiante para la ejecución de funciones y tareas productivas,
posibilitando su inserción al mercado laboral incluso antes de haber
concluido los estudios.
PRÁCTICO:
Propicia las experiencias de aprendizaje directamente relacionadas con
la formación tecnológica, enfatizando los aspectos de aplicación
práctica de la carrera.
VINCULADO
A LA PRODUCCIÓN LOCAL Y REGIONAL:
Así mismo del conocimiento de los recursos y tecnologías
locales, a fin de aprovecharlas y difundirlas para la solución de
problemas de carácter productivo y tecnológico.
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